La vida del hombre que cambió la música en la edad media
Guido de Arezzo fue un monje benedictino italiano, teórico musical y figura central de la música
de la Edad Media.
Nació en Arezzo
(La Toscana)
en el 991.
Comenzó estudiando en la abadía de Pomposa cerca de Ferrara.
Ingresó como maestro en la escuela catedralicia de Arezzo, donde sobresalió en
la enseñanza del arte vocal y escribió su tratado principal, el Micrologus de
disciplina artis musicae. Durante su estancia se percató de la
dificultad de los cantantes para recordar los cantos
gregorianos y es por eso que inventó un sistema mediante el cual los
cantantes aprendían de manera sencilla y rápida. Este método pronto se hizo
famoso en todo el norte de Italia. Sin embargo, la hostilidad de los monjes del
monasterio le obligó a marcharse a Arezzo, ciudad que no contaba con abadía,
pero tenía un numeroso grupo de cantantes con falta de aprendizaje.
Entre 1040 y 1050, Guido fue prior del
monasterio de Pomposa,
en el cual había madurado su vocación monástica y había vivido los primeros
años como monje. Entre 1040 y 1042, Guido vivió en Pomposa con Pier Damiani, en la casa
de los maestros de los monjes y novicios.
Falleció en el monasterio de
Fonte Avellana en 1050.
Algunas crónicas afirman que fue
beatificado inmediatamente después de su muerte, pero no existen certezas al
respecto.
Obras y descubrimientos:
En su estancia en Arezzo, desarrolló
nuevas técnicas de enseñanza, incluyendo el tetragrama
(pauta musical de cuatro líneas), precursor del pentagrama,
y la escala diatónica. Perfeccionó la escritura musical con la implementación
definitiva de líneas horizontales que fijaron alturas de sonido, cercano a
nuestro sistema actual y acabando con la notación neumática.
Finalmente, después de ensayar varios sistemas de líneas horizontales se impuso
el pentagrama
griego: cinco líneas.
Guido de Arezzo es también el
responsable de los nombres de las notas
musicales. En la Edad Media, las notas se denominaban por medio de
las primeras letras del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G (comenzando por la actual
nota la). En aquella época solía cantarse un himno a san Juan Bautista que
tenía la particularidad de que cada frase musical empezaba con una nota
superior a la que antecedía. Guido tuvo la idea de emplear la primera sílaba de
cada frase para identificar las notas que con ellas se entonaban.
El texto
en latín
de este himno rezaba así:
Nota
|
Texto
original en latín
|
Traducción
|
Ut - Do
Re
Mi
Fa
Sol
La
Si
|
Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Famuli tuorum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Ioannes.
|
Para
que puedan
exaltar a pleno pulmón
las maravillas
estos siervos tuyos
perdona la falta
de nuestros labios impuros
San Juan.
|
Guido de Arezzo denominó a este sistema
solfeo.
Posteriormente, en el siglo XVII, Giovanni Battista Doni sustituyó la nota
UT por DO, pues esta sílaba, por terminar en vocal, se adaptaba mejor al canto.
También mucho más tarde, a finales del siglo XVI,
fue introducida por Anselmo de Flandes la
séptima nota, que recibió el nombre de SI (de Sancte Ioannes). Los
países donde no llegaron los músicos latinos siguieron con el antiguo sistema
de las letras del alfabeto, tal es el caso de los países anglosajones,
Alemania,
los países
escandinavos, etc. Probablemente, este método está basado en su
trabajo en Pomposa, pero el antifonario que escribió allí no se conserva.
Sin embargo, el Micrologus, escrito en la catedral de Arezzo, contiene el método de
enseñanza que desarrolló.
El papa Juan XIX
invitó a Guido a Roma.
Posiblemente fue en 1028,
pero pronto tuvo que volver a Arezzo debido a problemas de salud. No se tienen
datos posteriores, tan solo que murió en el 1050 en el Monasterio de Fonte
Avellana.